miércoles, 9 de febrero de 2011

Lectura 4

La literatura es un vehículo particularmente poderoso de educación moral porque acerca a los estudiantes a la vida real y los anima a practicar la empatía, siendo las novelas el género literario más destacable por sus mismas características que posee: son cortas y hacen posible el entendimiento de los problemas presentados (empatía) y relacionarnos con cualquier personaje es mucho más fácil: facilita esa educación moral que actualmente tanto escasea. La formación de valores es uno de las ideas principales que considero más importante de la lectura porque enlistar los necesarios para las nuevas generaciones no resulta fácil (por la generalización: unos sí los pueden tener, otros no) y se me hace más útil el querer implementarlos en cualquier programa pedagógico porque el mundo a veces apunta a hombres "deshumanizados".

     Por lo tanto, lo que está de norma en los colegios es la educación tecnológica y, claro, mediante lectura. Pero lo que creo que el autor quiso decirnos en este capítulo fue que para mejorar la educación actual, es necesario implementar la novela como medio para "humanizar" a los estudiantes. Y es que es cierto; los adolescentes no son robots: sin símbolos que afecten también emocionalmente es imposible educar. Existe una contraposición de la tecnología y la narrativa: se olvida de la importancia del lenguaje y no se busca el "otro" que a partir de él nos construiremos nosotros mismos. Por lo tanto para la educación debe de hacerse esto de forma compaginada con la tecnología porque no se puede dejar de lado en el mundo globalizado.

     La reconstrucción de un nuevo modelo es adonde debemos dirigirnos, es decir, al cambio del paradigma. Lo que propone el autor, mediante varias citas bibliográficas, es el aprendizaje de valores mediante la empatía al leer alguna novela. Esto va a suceder porque nos daremos cuenta de un funcionamiento básico de la vida real: despreciar actos malos  desleales y aprobar o aspirar a hacer actos buenos. Pero la novela no debe quedarse ahí, sino ir más allá y cultivar en nosotros la habilidad de criticar, de saber discernir, y no sólo repetir lo que vemos sin antes cuestionarnos qué es lo que hacemos; además de saber seleccionar la lectura: no podemos creer ni seguir todos los modelos dictados en las novelas o no habría cambio para nada.

   Es como una vez que leí "Memorias de una Geisha". Era normal escuchar los prejuicios en contra de este grupo social japonés. Y era imposible que no tomará un prejuicio igual yo antes de leer. Pero al leer, lo único que podía sentir por los personajes era empatía: jamás me veré envuelto en ese contexto social ni de tiempo-espacio, pero sí podía producir un nuevo conjunto de valores sobre otras culturas. Mi IMAGINACIÓN permitió que pudiera vislumbrar más allá ideales que quisiera fueran compartidos por más personas.
   
    Pero, ¿cómo se garantizará este tipo de aprendizaje? Aquí es donde el profesor tendrá un papel activo. No podría concordar más con el autor de "La Identidad de Educador" en que la función del profesor debe ser meramente como 'orientador'. Se me hace utópica la tesis del constructivismo educativo, porque no creo que sea posible adecuar un maestro a la zona de desarrollo próximo de cada estudiante: la educación sería particular y tal vez lenta (a nivel colectivo). Por lo que también concuerdo en su idea sobre el salto de la teoría a la práctica del constructivismo: no está realmente justificada, más que con lógica y por ser novedoso parece lo correcto en aplicar al sistema pedagógico. Su crítica me parece realmente racional.

     Para hablar de pedagogía en nuestros tiempos, es necesario mirar la importancia con la que era tratada en los tiempos de Sócrates y Platón. Una de las atribuciones de Platón es la construcción de la política en tiempos antes de la era común: sus ideales (comunistas en cierto grado) repercutieron bastante en la concepción ulterior del Estado. Pero siempre remarcó la importancia de la FORMACIÓN, hablando en términos educativos. Para empezar señalaba la educación corporal (gimnasia) como la propia para los niños, pues su mente aún no se formaba; despues vendría la propia formación académica. En esto, la necesidad de tener un maestro adecuado (según los principios constructivistas) era primordial; pero aquella vida simplemente no se puede comparar con la actual. Además, en la antigüedad la formación alta que comprende Sócrates y Platón era posible gracias al nivel de vida que sólo los "ciudadanos libres" podían llevar a cabo. Pero bueno, lo rescatable del pensamiento socrático, en cuanto a pedagogía, podría ser el clásico método socrático porque conserva al maestro como orientador a un ideal de hombre y hacia el bien.

3 comentarios:

  1. Hola Omar! humanizar a la sociedad a traves de la literatura eso es muy cierto, se nota que te gusta leer mucho, que padre.
    Mitzi :D!

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  2. Compañero!!! estoy de acuerdo en que la literatura es la base de una estabilidad en la sociedad, sin duda esa es la consecuencias de la vida en la sociedad!!!!;)

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  3. hola! de acuerdo con lo que dices sobre la literatura es super importante para que pueda haber un buen desempeño de la sociedad, ya que a partir de una buena educación y de tener mayores conocimientos podríamos mejorar la sociedad en la que actualmente tenemos.

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